Más allá de Machu Picchu, Perú es mucho más.
Compartirlo y vivirlo de esta forma supuso una nueva manera de descubrir otro paraíso por el Mundo.
Vivir y aprender del Amazonas supuso una experiencia sin igual. Cazar caimanes, dormir en la selva, vivir en ella hizo redescubrir lo perdidos que estamos al salir de nuestro entorno.
Atravesar y conocer los Andes de la forma que viví, me hizo cocer la realidad de una cultura y una sociedad tan cercana y tan diferente.
Llegar al mundo Inca de la mano del Trek de Salkantay me hizo acercarme a la Pachamama, entrar en conexión y hace la ofrenda por los míos a los pies de la gran montaña.
Amanecer en la puerta del gran Sol, a los pies del Waynapichu, me hizo entrar en contacto con esa civilización perdida y que tanto nos dejó.
Cusco, el barrio de San Blas, un partido de fútbol Inca, poblados incas y llegar a Titicaka, conocer a los Uros y vivir en Taquile con sus gentes y sentirme el más afortunado, hace de este viaje, uno de los viajes que nunca se olvidan.