Si London fue la primera escapada, Nicaragua fue la confirmación de mi necesidad por conocer y por recorrer este Mundo que tenemos.
Fue en un proyecto de INEF Madrid en el cual, desde León colaboramos con carreras, donaciones y una ilusión loca por saber que había al otro lado del Mundo. Tres semanas de ayuda humanitaria, animaciones, clases, orientaciones educativas y mil historias que hicieron que mi alma y mi cuerpo cambiasen.
A partir de aquí, ¡A la Luna en moto! sería un ideal a seguir con el único fin de disfrutar, conocer y vivir en el Mundo.
Dipilto y sus gentes, más de 190 jóvenes nos aventuramos en el proyecto y éste, siempre estará en nuestra vida. Gracias por ello.