Ningún viaje ha sido tan triste como éste.
Unas despedidas que nunca llegarían en buen momento.
Viaje a la pirolisis de Israel. Muro de lamentaciones, coronilla, Banana Beach, Mar Muerto, Surf y barbacoas y una ilusión que se marchó.
Siempre quedará el recuerdo de un deseo y una abuela. Os quiero.